Desarrollo del bebé, Porteo y Lactancia

Cómo hacer un porteo seguro y beneficios para el bebé y los padres

Madre sujetando a su bebé con un sistema de porteo

Sentir a tu bebé cerquita, notar su respiración, el calorcito de su cuerpo y esa conexión que no necesita palabras… El porteo es una forma muy especial de llevar a tu hijo; una forma de estar con él de manera más intensa y que te sienta cerca. Desde hace miles de años, las familias han utilizado distintos sistemas para portar a sus pequeños, y hoy sabemos que, además de cómodo, también beneficioso para ambos.

Pero como en todo lo que tiene que ver con la crianza, hay una pregunta que se repite una y otra vez: ¿estoy haciéndolo bien? En este artículo te acompañamos paso a paso para que aprendas qué es el porteo, cómo hacerlo de forma segura, y todos los beneficios físicos y emocionales que tiene para ti y tu bebé.

¿Qué es el porteo?

El porteo es una técnica que consiste en llevar al bebé pegado al cuerpo del adulto mediante un sistema de sujeción. Ese sistema puede ser una mochila ergonómica, un fular elástico, una bandolera de anillas… ¡Hay muchos tipos! Lo veremos más adelante.

Lo importante es que el bebé mantenga una postura segura y adecuada, y que tanto él como la persona que lo lleva estén cómodos.

Este método, que nos puede parecer moderno, tiene raíces muy antiguas: en muchas culturas del mundo se ha practicado siempre como parte del día a día. Y no es casualidad: el porteo imita lo que el bebé ha sentido durante 9 meses en el útero. Lo envuelve, lo balancea, le da calor, olor y seguridad.

Beneficios del porteo

Llevar a tu bebé en brazos con un sistema de porteo ergonómico tiene ventajas que van mucho más allá de la comodidad. Diversos estudios médicos y observacionales respaldan sus beneficios fisiológicos y emocionales.

Aun así, algunos profesionales del ámbito pediátrico y ortopédico subrayan la importancia de una correcta posición y uso del portabebé para evitar posibles riesgos. En general, existe un consenso amplio sobre sus beneficios, siempre que se realice con información y asesoramiento adecuados. Aquí te resumimos los más importantes:

  • Favorece el vínculo afectivo. El contacto piel con piel y la cercanía continuada ayudan a generar oxitocina, la hormona del amor, fortaleciendo el apego seguro entre el bebé y el adulto.
  • Reduce el llanto. Los estudios demuestran que los bebés porteados lloran menos. Y eso, además de aliviar el corazón, también ayuda al descanso del bebé (¡y al tuyo!).
  • Mejora el desarrollo físico. Una buena postura ergonómica en el porteo favorece el desarrollo de la columna vertebral y las caderas, previniendo displasias y ayudando al tono muscular.
  • Estimula el sistema vestibular. El balanceo natural del cuerpo cuando caminamos ayuda al bebé a desarrollar el equilibrio y la coordinación.
  • Facilita la lactancia materna. El porteo permite amamantar de forma más frecuente y discreta, y favorece la producción de leche.
  • Libera tus manos. Para hacer la compra, jugar con tus otros hijos o simplemente tomarte un café, el porteo te da libertad sin dejar de atender a tu bebé.
Infografia de beneficios del porteo

Instrucciones para un porteo seguro

Para que el porteo sea beneficioso, debe ser seguro y ergonómico. Aquí tienes los principales puntos que debes tener en cuenta:

Posición adecuada del bebé

  • Rodillas más altas que el culito, en forma de “M”. Esta posición permite que las caderas del bebé se desarrollen correctamente, ya que evita la presión sobre la articulación y favorece una apertura saludable de las piernas.
  • Espalda en forma de “C”, respetando su curvatura natural. Los bebés nacen con la columna en forma de C, y es importante respetarla en los primeros meses para no forzar su desarrollo vertebral.
  • Cabeza bien sujeta, especialmente en los primeros meses. Durante las primeras semanas, el bebé aún no tiene fuerza en el cuello para sostener la cabeza, por lo que el portabebés debe ofrecer un buen soporte, especialmente al dormir.
  • Vías respiratorias despejadas. La nariz y la boca siempre deben estar libres de obstrucción. La cara del bebé debe estar visible en todo momento, y nunca debe quedar tapada por telas o estar demasiado hundida contra el cuerpo del adulto.

Sujeción correcta del portabebés

  • Debe ir ajustado al cuerpo, sin que haya holguras. El tejido del portabebés debe envolver al bebé como un abrazo firme pero suave, evitando que se desplace o quede colgando.
  • El bebé debe estar a la altura de un beso: puedes inclinarte y besar su cabecita sin esfuerzo. Esta posición es más práctica y permite comprobar fácilmente su bienestar y su respiración.
  • No debe haber presiones ni tensiones en el cuello ni en la parte baja de la espalda del adulto. Un buen portabebés distribuye el peso de forma uniforme, evitando sobrecargas musculares y permitiendo una postura erguida y cómoda para quien portea.

Ropa y temperatura

  • Viste al bebé con una capa menos de ropa, ya que recibe tu calor corporal. El contacto constante con tu cuerpo genera calor adicional, por lo que no es necesario abrigarlo tanto como si estuviera en el carrito.
  • Cubre bien las extremidades si hace frío. Manos, pies y cabeza deben protegerse especialmente en invierno, ya que son las zonas más expuestas y sensibles a los cambios de temperatura.
  • Evita materiales sintéticos que puedan hacerle sudar en exceso. Opta por tejidos naturales y transpirables, como el algodón u orgánicos, que permiten la circulación del aire y evitan irritaciones o molestias en la piel del bebé.

Movimiento y atención

  • Evita agacharte hacia delante; si necesitas recoger algo del suelo, lo mejor es que dobles las rodillas manteniendo la espalda recta, como si hicieras una sentadilla. Esto evita que el bebé se desplace de forma insegura hacia delante y que su peso te desequilibre.
  • Observa a tu bebé: su respiración, su color, su postura, su temperatura y su nivel de respuesta. Un bebé tranquilo, con las manos relajadas y la boquita ligeramente abierta, suele estar cómodo. Si lo ves inquieto, pálido, muy caliente o incómodo, es momento de revisar su posición o hacer una pausa. Recuerda: el porteo es un diálogo silencioso entre ambos.

¿Cuántas horas puede estar un bebé en el porteo?

No hay una norma rígida, pero sí algunas recomendaciones generales que pueden ayudarte a crear una rutina de porteo saludable y respetuosa con tu bebé. Cada familia es diferente, y lo más importante es que tanto tú como tu bebé os sintáis bien. Aun así, conocer ciertas pautas puede marcar la diferencia entre un porteo puntual y una experiencia que se integra con naturalidad en vuestro día a día:

  • Puedes portear a tu bebé tanto tiempo como ambos estéis cómodos. No existe una duración universal que se aplique a todos los casos, ya que cada bebé tiene su propio ritmo y cada adulto su nivel de tolerancia y energía.
  • Es ideal hacer pausas cada 1 o 2 horas, para cambiar de postura, revisarlo y permitirle moverse libremente si ya puede hacerlo. Estas pausas también te permitirán estirar el cuerpo y liberar tensiones, especialmente en la espalda o los hombros.
  • En recién nacidos, conviene portear en ratos cortos y frecuentes, sobre todo al principio, cuando su musculatura aún es muy delicada. A medida que crecen, estos tiempos pueden ampliarse de forma gradual.
  • Escucha a tu bebé: si se muestra inquieto, quiere mamar o moverse, es momento de hacer una pausa. También si empieza a sudar, está muy dormido y encajado o cambia su tono de piel. La observación constante es la mejor herramienta para un porteo seguro.

En resumen: más que mirar el reloj, fíjate en sus señales. Y recuerda que el porteo no es una obligación: si hoy no apetece, no pasa nada.

Riesgos de un porteo incorrecto

Aunque los beneficios del porteo están ampliamente respaldados, también existen advertencias sobre una mala praxis. Algunos especialistas han advertido sobre el aumento de casos de displasia de cadera asociados al uso de portabebés no ergonómicos, especialmente en bebés menores de seis meses. Por eso, es interesante consultar guías para prevenir accidentes, como asfixia postural o caídas.

Aquí te explicamos los riesgos más comunes de un porteo inadecuado:

  • Asfixia postural. Si el bebé tiene la barbilla pegada al pecho o está en una posición encorvada, puede dificultarse la respiración debido a la compresión de las vías respiratorias. Es fundamental mantener la cabeza erguida, con la barbilla separada del pecho y la cara visible en todo momento para asegurar una buena oxigenación.
  • Displasia de cadera. Si las piernas cuelgan rectas, sin formar la “M”, se puede forzar la articulación de la cadera, especialmente en bebés muy pequeños. Esta posición inadecuada puede contribuir al desarrollo de displasia o agravar una predisposición existente, por lo que el soporte debe distribuir el peso desde los muslos, no desde la entrepierna.
  • Dolor en el adulto. Un sistema de porteo mal ajustado o no ergonómico puede provocar molestias lumbares o cervicales por una mala distribución del peso del bebé. Si el portabebés no reparte bien la carga o obliga a inclinarse hacia delante, puede derivar en contracturas, tensiones musculares o fatiga a lo largo del día.
  • Caídas o deslizamientos. Si el nudo no está bien hecho o el bebé no está bien sujeto, puede haber riesgo de caída, sobre todo en los primeros usos o si se emplea un portabebés sin instrucciones claras. Es vital asegurarse de que todo el sistema esté bien tensado y que el bebé no pueda desplazarse por sí solo dentro del portabebés. Practicar frente a un espejo o con ayuda de otra persona al principio puede ser una buena idea.

Por eso es tan importante elegir bien el sistema y aprender a colocarlo correctamente. Puedes acudir a una asesora de porteo o practicar frente a un espejo las primeras veces. De hecho, en juguetes Moltó ya hablamos con Ana Vicente, de Amamanta, grupo de apoyo a la lactancia materna y que ofrece talleres de lactancia: «Hay mucha desinformación sobre lo que es ergonómico en el porteo (…) Un portabebé ergonómico es una de las mejores herramientas de ayuda a la crianza (…) No es una moda, es la realidad con la que vivimos».

¿Cuándo se suele usar el porteo y hasta qué edad?

El porteo puede comenzar desde el nacimiento, incluso con bebés prematuros (con asesoramiento profesional). En estos casos se recomienda el uso de fulares elásticos o tejidos suaves que respeten su fragilidad.

Se puede continuar con el porteo hasta que el niño lo necesite o lo desee. Muchas familias portean hasta los 2 o 3 años, y algunas incluso más allá, en momentos puntuales (enfermedades, viajes, siestas fuera de casa…).

  • De 0 a 6 meses: suelen preferirse fulares y mochilas evolutivas que se adapten al tamaño del bebé.
  • De 6 a 18 meses: muchas familias optan por mochilas ergonómicas más estructuradas.
  • De 18 meses en adelante: se puede usar un portabebés toddler, diseñado para niños más grandes.

Distintos productos de porteo

Hoy en día existe una gran variedad de sistemas de porteo. En palabras de Elena López, influencer y responsable de la cuenta De Monitos y risas y @elenademonitos «Siempre explico que no hay un portabebés mejor o peor, que hay diferentes opciones que se adaptan a diferentes necesidades y circunstancias y para eso estamos las Asesoras de porteo: para ayudarles a elegir según sus necesidades (adultos y bebé) y para ayudarles a usar correctamente el portabebés elegido (ya que los portabebés no son seguros o ergonómicos por sí mismos, necesitan un uso adecuado)».

Aquí te dejamos los más utilizados:

Fular elástico

Ideal para recién nacidos. Es suave, envolvente y permite un ajuste perfecto que aporta una gran sensación de contención al bebé. Su elasticidad hace que se adapte fácilmente al cuerpo, aunque también requiere algo de práctica para aprender a anudarlo correctamente. Es ideal para las primeras semanas de vida y para porteo en casa. No se recomienda para bebés más pesados, ya que tiende a ceder con el uso prolongado.

Fular tejido

Más resistente que el elástico, se adapta al crecimiento del bebé y permite múltiples posiciones de porteo: delante, a la cadera o a la espalda. Es un sistema muy versátil y duradero, apto desde recién nacido hasta niños más grandes. Ofrece una gran sujeción, pero también requiere aprendizaje para manejar el largo del tejido y lograr un ajuste seguro. Puede utilizarse en diferentes tipos de anudado según la experiencia del porteador y el momento del día.

Bandolera de anillas

Práctica, rápida de colocar y perfecta para ratos cortos o para amamantar. Va sobre un solo hombro, por lo que no se recomienda para tiempos largos, pero es una excelente opción para desplazamientos cortos, subidas y bajadas frecuentes o para calmar al bebé de forma rápida. Ocupa muy poco espacio, es ideal para llevar en el bolso y se ajusta fácilmente con una sola mano. Es especialmente útil para bebés que ya se sientan solos.

Mochila ergonómica

Es la opción preferida por muchas familias por su sencillez. Se coloca y ajusta de forma rápida, sin necesidad de nudos. Existen modelos evolutivos desde recién nacido, que se adaptan al crecimiento del bebé, y otros con paneles fijos. Son cómodas para el adulto, reparten bien el peso y permiten portear durante paseos largos o en la vida diaria. Además, muchas cuentan con ajustes para adaptarse a distintas tallas de adultos.

Mei tai

Híbrido entre mochila y fular, de origen asiático. Tiene una base estructurada, un panel central y tiras para anudar que permiten un ajuste personalizado. Combina lo mejor de ambos mundos: la adaptabilidad del fular con la estructura de la mochila. Es ideal para quienes quieren algo más ligero y tradicional que una mochila, pero más rápido de colocar que un fular largo. Suele gustar a quienes valoran el contacto textil sin renunciar a la estabilidad.

Mochilas toddler

Para niños más grandes, a partir de los 18 meses aproximadamente. Muy cómodas y fáciles de usar en excursiones o viajes largos, cuando el niño ya camina pero aún necesita brazos en ciertos momentos. Están diseñadas con paneles amplios y tirantes reforzados para soportar más peso sin perder confort ni ergonomía. Son una gran aliada para trayectos urbanos largos o días intensos de actividad fuera de casa.

Recuerda: no todos los portabebés que se venden en tiendas están homologados o son ergonómicos. Fíjate siempre en que respeten la postura de “M” y el soporte adecuado de la espalda.