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Entrevistamos a Elena Lopez de Monitos y Risas en la nueva entrevista «Corazón con corazón»

by admin
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La nueva entrevista corazón con corazón llega de la mano de Elena López de Monitos y Risas. Para nosotros es un entrevista muy especial porque fue una de las primeras profesionales con la que estuvimos en contacto tras el lanzamiento del primer fular portabebés de Molto. Además, tuvimos la suerte de contar con ella para realizar los pimeros vídeos para iniciarse en el porteo con el Baby Wrap de Molto

Una gran profesional, que fue madre por tercera vez hace unos pocos meses. Hoy tenemos el placer de conocerla un poco mejor y aprender algo más sobre ella y el porteo.

Hablamos sobre porteo con Elena López

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¿Cuáles fueron tus inicios en el mundo del porteo?

Yo llegué al porteo de casualidad. Lo que buscaba eran pañales de tela, durante el embarazo de mi primer hijo: tenía claro que los quería usar. Por aquella época, tiendas con pañales de tela y-o portabebés eran muy escasas, había como 3 ó 4 en España, así que, con la poca oferta, me tocó hacer algo de investigación por internet para elegir y hacer mi compra.

En esta investigación me topé con los portabebés, especialmente, con los fulares. Pensé que para usos puntuales (dar un paseo por el campo, bajar a por el pan, hacer algún recado rápido) podría ser una alternativa cómoda al carrito, así que compré mi primer fular. Llegó cuando Marcos tenía 15 días y no volví a usar el carro para nada más que ocasiones muy puntuales.

Ese fue el comienzo en el porteo y en mi nueva vida, como sabes, hoy en día me dedico profesionalmente al porteo de diferentes maneras y me siento muy satisfecha de ver que, cada día, somos más profesionales, más tiendas y, sobre todo, más familias las que porteamos. Siento que estamos haciendo algo muy bueno para todas esas familias y que soy parte de ello.

¿Hay alguno del que guardes un recuerdo especial?

Hay dos momentos en especial, de mis primeras charlas, que marcaron para mí un antes y un después. Entendí la verdadera dimensión de lo que estaba contando sobre la importancia del contacto, mucho antes de ir a formaciones especializadas que me lo han confirmado después.

La primera fue en una charla de un curso de preparación al parto. El matrón me conocía porque le había asesorado en la elección de un portabebés para su segundo hijo, así que me pidió que diera una charla al grupo que estaba llevando en ese momento. Eran madres que no sabían nada del porteo, ni siquiera me esperaban, simplemente, era una charla más en el programa en el que se les daba opciones. Una mamá, embarazada, como a mitad de la charla empezó a llorar. Silenciosamente, pero no paraba. Cuando terminamos se acercó y me contó que era su segundo embarazo, que con su primer hijo no le había cogido en brazos apenas porque la gente le decía que era malo aunque a ella «el cuerpo le pedía» tenerlo encima todo el tiempo. Me dijo que no solo iba a coger en brazos y a portear muchísimo a su niña, sino que iba a hacer lo que su corazón le pidiera a partir de ese momento con sus hijos. Hemos mantenido el contacto estos años, me consta que porteo a su niña, que le dio muchísimo contacto a su mayor después de aquello y hace poco vino a visitarme con su tercer bebé en un fular.

La segunda fue en una asesoría personal. Eran dos amigas y una de ellas estaba embarazada, la otra le regalaba la asesoría para que eligiera un portabebés que le fuera práctico para el día a día. Después de contarles las ventajas del contacto y por qué los bebés necesitan contacto, la amiga le dijo a la embarazada: coge todo lo que puedas a tu bebé. El mío pedía brazos llorando todo el tiempo, hasta que un día dejó de pedirlos; todo el mundo me felicitó porque ya «lo había acostumbrado» pero yo ahora sé que lo que pasó es que se resignó, desde entonces no le gusta que le coja, abrace, de mimos… y no sé cómo solucionarlo.

Esos dos momentos son muy especiales en mi memoria, aunque he conocido muchas familias con historias emocionantes (en todos los sentidos) que me han brindado su vivencia y a las que les agradezco infinito la confianza y el aprendizaje.

¿Qué parte fue la más dura de tu recorrido como blogger? ¿Y la más gratificante?

Los principios fueron muy duros, no tenía ni idea de manejar una plataforma de blogging y, con un bebé pequeño a cargo, aprender supuso muchísimas horas de sueño invertidas en darle la vuelta a algo que no funcionaba simplemente porque yo no lo hacía bien. Hoy en día siempre le digo a mis alumnas que subcontraten todo lo que no sea el núcleo de su trabajo, dentro de sus posibilidades, porque el tiempo es el bien más valioso que tenemos, especialmente en la primera infancia de nuestros hijos.

La más gratificante ha sido sin duda el reto «#30dias30nudos«. Me propuse como «diversión» (lo entrecomillo porque acabó siendo una pesadilla) mostrar en el blog cómo se hacen una gran variedad de nudos con el fular rígido, 30 concretamente (aunque existen más). Así que, durante 8 meses aproximadamente, cada lunes sacaba un post-tutorial con un nudo nuevo en el que había un vídeo y un paso a paso con fotografías. Pues lo dicho, acabó siendo una pesadilla, la verdad, estaba harta de hacer los tutoriales, buscar el momento, editar fotos y vídeos, preparar los textos… me metí en un embolao tremendo yo sola que, como además era para el blog que resulta gratuito, tenía que hacer en mis ratos libres que no son muchos. Pero, ahora que miro hacia atrás, el reto me ha abierto muchísimas puertas, mucha gente empezó a seguirme gracias a él, incluso abrió las puertas a mis formaciones en México. Así que, además de todo lo que aprendí (sobre nudos, sobre organización, sobre edición, sobre meterme en jardines, jeje) el reto ha resultado ser una ventana al mundo que no esperaba

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¿Cómo compaginas tu vida profesional y como blogger, con tu vida personal? ¿Te supone muchos problemas?

Intento ser muy organizada: marcar en mi agenda el tiempo para cada cosa y ser consecuente con esa organización. Hay que asumir que, mientras mis hijos sean pequeños habrá cosas que no pueda hacer (tengo una lista de pendientes para cuando sean más grandes). Que hay cosas que son de familia, cosas que son de trabajo y cosas que son de ocio, y es difícil en muchas ocasiones mantenerlas bien diferenciadas (cuando tu pasión es tu trabajo y es algo que puedes hacer con tus hijos es complicado mantener los límites claros).

Colaboro con personas que considero amigas por lo que el trabajo en grupo es divertido y si me hace falta me puedo tomar un café (virtual incluso) o echarme unas risas con ellas: trabajar así hace que sea todo mucho más fácil aunque puede tener sus momentos malos porque se mezclan temas a veces. Y, por suerte y por desgracia, mi marido viaja mucho por lo que puedo organizarme mi tiempo personal con mucha libertad (lo malo es que paso mucho tiempo sola con los niños y es muy cansado): puedo decidir comer mientras me preparo una conferencia o una clase, por ejemplo. Además, me apoya siempre y eso es muy importante en dicha organización, sin eso yo no podría dar clases a las 22.00 por ejemplo o irme un sábado a la tienda muy temprano a grabar vídeos.

Mi mayor problema es, como te decía, poner los límites. Me encanta mi trabajo y es fácil que me deje llevar e invierta más tiempo del indicado en ello.

¿Cuáles son las 3 dudas más frecuentes que te hacen?

¿Cuál es el mejor portabebés?
¿Y si hace calor / frío? (según la época del año)
¿Y con este portabebés, cuánto tiempo y-o hasta qué edad le podré llevar?

Siempre les explico que no hay un portabebés «mejor», que hay diferentes opciones que se adaptan a diferentes necesidades y circunstancias y para eso estamos las Asesoras de porteo: para ayudarles a elegir según sus necesidades (adultos y bebé) y para ayudarles a usar correctamente el portabebés elegido (ya que los portabebés no son seguros o ergonómicos por sí mismos, necesitan un uso adecuado).

Por supuesto, con el calor y el frío les doy opciones: portabebés que tienen menos tela por lo que envuelven menos al bebé y al adulto, anudados de fular más frescos que otros, ayudabrazos (que son portabebés para usos puntuales muchísimo más frescos pero menos cómodos), etc. Para el frío, maneras de abrigarnos siempre por fuera del portabebés, ya que colocar un bebé correctamente con el buzo o similar en el portabebés es muy difícil y porque si se te duerme y llegas a un sitio, no hace falta despertar al bebé para desabrigarle.

Y respecto al tiempo y edad les explico que, siempre que el bebé vaya en una buena posición y el ajuste del portabebés sea el adecuado, lo podrán usar. Pero que dentro de la amplia gama de portabebés que existen los hay más o menos adecuados para una determinada edad y circunstancia, por ejemplo, existen mochilas «toddlers» para niños de a partir de 2 años, y «preescholer» para niños de más de 4 años. Un portabebés, si lo piensas, con el uso que le damos, es un producto que se amortiza rápidamente ya que son muy útiles y los hay de todo tipo de precios. Así que mi consejo siempre es: elige el portabebés que hoy en día se adapta a tus necesidades y si dentro de un año tus necesidades han cambiado, compra otro portabebés adecuado a ellas.

¿qué sería?

Siempre insisto en que lo importante de «todo esto» es el contacto. Los bebés necesitan mucho contacto y los portabebés lo único que hacen es facilitar dicho contacto ya que reparte mejor el peso del peque en nuestro cuerpo, nos permiten las manos libres y mayor libertad de movimientos en general, etc. (siempre comparando con llevar al bebés en brazos). Que no se preocupen, que la necesidad intensa de contacto solo dura unos meses y luego van creciendo y pidiendo independencia en sus movimientos, hasta que llega un día en que no solo no nos piden brazos, sino que no quieren que les cojamos (aunque se lo ofrezcamos o incluso pidamos).

Así que lo que me gustaría trasmitirles es que, con portabebés o sin, lleven a sus hijos en brazos, los achuchen, les den masaje, les acaricien… El contacto no es malo (no se «embracilan» ni se hacen dependientes o caprichosos) sino, al contrario, es beneficioso porque es lo que la Naturaleza ha diseñado para los primeros meses de vida de la especie humana. Además, nuestros hijos nos acompañarán durante muchos años, muchísimos. El periodo en el que les vas a poder disfrutar de esa manera es muy corto en comparación: no te lo pierdas.

[Foto portada: Monitos y risas]

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